Tania García
Tania García es educadora, escritora e investigadora social.
Acompaña a dos personas a través de la vida, a las que ama incondicionalmente.
En 12 años ha transformado el día a día de decenas de miles de familias y profesionales con sus formaciones y libros.
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ADVERTENCIA:
Lo que recibirás diariamente tiene como base la ciencia.
No encontrarás adultocentrismo *.
Hará que te tambalees.
Que dudes sobre lo que creías que era la educación.
Pero te llevará a dar a tus hijas/os el presente y futuro que emocional, física y mentalmente necesitan.
Abrirás los ojos.
Y, si eres profesional, te diferenciará además de otras personas que se dedican a lo mismo que tú.
Tendrás la ventaja competitiva y vital del conocimiento, del respeto y de la Educación Real®.
«Me ha encantado el libro como los otros libros de Tania García y como sus cursos para mí ha marcado un antes y un después tanto en mi familia como en mí, he sanado mi niña interior mi infancia y somos una familia mucho más feliz y unida desde que encontré a Tania García lo recomiendo 100%…»
Esto es lo que Toñi Álvarez comenta de mi libro ‘Educar sin perder los nervios’.
Junto a la suya, más de 1.150 valoraciones.
18 de ediciones.
Traducido a varios idiomas.
Decenas de miles de ejemplares vendidos por todo el mundo.
Antes vino ‘Guía para madres y padres imperfecto que entienden que sus hijos también lo son’ (2017) y,
En estos años,
7 libros más: ‘¿Qué necesito cuando me enfado?’ (2019), ‘Educar sin perder los nervios cuando tienes hijos con necesidades especiales‘ (2019), ‘Hermanos’ (2020), ‘¿Qué necesito cuando tengo miedo?’ (2021) y ‘Quiérete mucho’ (2022), ‘Educar sin controlar’ (2022) y ‘¿Qué necesito cuando estoy nervioso?’ (2022).
Ya son 9 en total.
Y más que están por venir.
* No me he olvidado del adultocentrismo
De hecho, es imposible hacerlo.
Está tan presente en nuestra sociedad que una vez te fijas lo ves de forma constante.
En esas frases como:
«Si te portas bien, te compro un helado».
«Calla, que están hablando los adultos».
«Deja de llorar, que no es para tanto».
«Como no dejes de enfadarte, me voy a enfadar yo también».
Y, también en situaciones menos evidentes socialmente, debido a lo normalizada que están.
Esas son las más peligrosas:
El profesor que echa la vista a otro lado al observar acoso escolar porque «son cosas de críos».
La madre o el padre que se autoexcusa por gritar a sus hijas/os, «porque es una persona».
El hotel donde solo permiten adultos, porque las niñas y los niños son una molestia.
La consulta del médico que exhibe en la sala de espera un cartel con una señal donde pone «prohibido llorar».
E igual que estas, cientos más de ellas.
[…. SIGUE, EN PROCESO….]
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